Informe de lectura en la asignatura: Sociedad, cultura y comunicación de la licenciatura en Comunicación e Informática Educativas. Estudiantes de segundo semestre.
LA EDUCACIÓN DESDE LA COMUNICACIÓN
Pedagogía de la palabra en acción.
¿Qué es la comunicación? ¿Qué es la educación? Jesús Martín Barbero, nos invita a darles el significado que debe ser; sin pensar en la comunicación como los medios o como los instrumentos, si no como la oportunidad del hombre de generar sentido social a través del lenguaje. Y a mirar la educación como Freire, no solamente como la transmisión de información o conocimientos, sino como el compartir de un educador y un educando, que tienen compromiso por una comunicación constante y creadora de un mundo común.
La palabra debe ir acompañada de la acción, y es en esta convergencia, en donde debería el sujeto abandonar el silencio y proclamar la libertad que le otorga su pertenencia a una sociedad, a una cultura. Esta es la revoltura a la que hace referencia Barbero, entre el pensamiento de Freire y el de Antonio Gramsci, cuando plantea una revolución que es una reforma intelectual y moral de la sociedad, que le enseñó a pensar la comunicación a la vez como proceso social y como campo de batalla cultural.
La incomunicación como herencia cultural.
La dependencia hay que observarla no solo desde la dominación actual sino a partir de su historia. De esa herencia que recibió la sociedad y la cultura de parte de los conquistadores españoles. El sometimiento de una sociedad y la destrucción de su cultura, obligan a los indios a adquirir los usos, creencias y tradiciones impuestas por la minoría dominante.
Una cultura del silencio.
Según Paulo Freire, la cultura del silencio está dada por las acciones y el pensamiento que hacen parte de los latinoamericanos desde la conquista. Es tan fuerte la presión de la conquista, la colonización y la educación desde el altar, que el oprimido acepta como modelo a su opresor. Casi siempre en silencio, doblegándose ante la voz de otros, so pena de rebelión o pecado. Esta educación forzada se impone, y los dominados, ya casi vacíos, aceptan como propia, la nueva forma de dominación, atreviéndose a rechazar su lenguaje y su cultura.
Desde la escuela se sigue manejando el pensamiento sutilmente y a pesar de los cambios siempre se siguen notando la imposición de las ideas y pensamientos de las minorías dominantes. La industria forma nuevos patrones pero con iguales condiciones que sus antecesores. Toda la historia gira en torno a las mismas familias de siempre y son las que aparecerán en cualquier texto escolar como los padres de la patria. A la pregunta, ¿quién fue el presidente en 1970? La respuesta es: el papá del que fue presidente en 1998. Hablo de Colombia. Y esto es solo un ejemplo.
Lengua sin pueblo.
Los latinoamericanos hemos cambiado una palabra por otra en lo que a esclavitud se refiere, puesto que ahora no somos esclavos, sino libres dependientes. Tremenda contradicción podría decirse, pero las acciones muestran más que nuestras palabras. Vivimos en una democracia en donde votamos menos de diez millones de ciudadanos, hablo de Colombia, de los 29.852.099 aptos para votar de acuerdo a estadísticas del Dane -30 Junio de 2007; y los políticos hacen fiesta porque alguien fue elegido entre sus colegas por 1.200.000 votos. ¿Y los 20 millones que no votaron acaso no son pueblo?
Sin ser subversivos, entonces podremos hablar de una privación de la comunicación que además se ha vuelto frustrante y que no permite expresar las palabras formadas desde el lenguaje, desde las estructuras mentales y sociales del hombre colectivo. ¿El hombre no quiere expresarse? La comunicación es de todos y para todos. Hablar no es sólo servirse de una lengua sino poner un mundo en común, hacerlo lugar de encuentro. (M.Barbero: 31) Hablar es compartir y hacer del hombre y el mundo, el punto de convergencia en donde el lenguaje hace posible la convivencia a través de la palabra.
Signos, símbolos, lenguaje, mediación, desciframiento del sentido y pensar. Palabras claves para entender que el lenguaje esta hecho de signos y a la vez lleno de símbolos que crean interpretaciones que se exponen en la comunicación, como resultado de pensar el lenguaje como mediación para el desciframiento del sentido contenido en el sujeto y que lo hace pensar, o mejor “da que pensar” (M. Barbero: 33).
En consecuencia aparece el diálogo, que nos sugiere esperar que la posición del otro, o de otros, no necesariamente sea la postura nuestra; el diálogo es poder contar con la participación de los seis pronombres personales para construir un sentido colectivo que a pesar de utilizar las viejas palabras gastadas, permitan que el lenguaje entre en acción y que más que expresar, representen un pensamiento (Merleau-Ponty, 1945: 213) creador a partir de la “palabra pensante” y el “pensamiento hablante” (Merleau-Ponty 1960: 113) en donde exista significado como seres sociales unidos por el derecho a la palabra.
Y si todos preguntan, por lo menos permítanme a mí hacer unas cuantas, así las deje sin respuesta. O a lo mejor podríamos dialogar y entrar a responderlas con esas mismas palabras que me han enseñado y unas cuantas nuevas que he adquirido y estoy tratando de poner en práctica:
¿Hay lengua pero no hay pueblo? ¿En donde se quedaron los 20.000.000 que no votaron? ¿Y el Estado y los medios por qué no preguntan en voz alta en donde están esos que no votaron? ¿Siguen esos 20 millones de ciudadanos “contentos” o “acomodados” con lo que les suceda? ¿O por el contrario es el descontento que los pone en esa posición? ¿El voto debería ser obligatorio? ¿Y por qué todo tiene que ser impuesto? ¿Por qué seguimos modelos establecidos? ¿Somos libres de usar nuestro derecho a la palabra? ¿Seguimos esperando la nueva educación para que nos forme con espíritu crítico? ¿Somos analfabetos “a lo Freire”? ¿Impedidos de decir nuestras palabras? Preguntas y más preguntas, todas tienen respuestas, pero recordemos que “si la palabra sola es impotente, la acción sola es estéril”. Es una frase del Maestro.
BIBLIOGRAFÍA
BARBERO, Jesús Martín. 2003. Alfabetizar en comunicación. En: La Educación desde la comunicación. Norma. Colombia.
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